Sobre mí

¿Quién es Daniel Piniella?

Desde muy pequeño, supe que lo mío era contar historias. Mientras otros niños se gastaban el dinero en golosinas, yo invertía la paga en libros de terror y ficción.

Con tan solo seis añitos, comencé a hacer espectáculos de títeres y a pasar la gorra entre mis familiares y amigos. A los diez, convencí a mi primo, Oscar Piniella, para escribir Cantin, un libro infantil de diez episodios.

Mi padre, que tenía una imprenta, nos dijo:

—Si vosotros lo escribís, yo os lo publico.

Un año después, editamos cien ejemplares que, gracias a mis compañeros de colegio, se agotaron en la primera semana. Así empezó mi carrera como escritor.

Con el tiempo, aquello evolucionó: componía poesía para ligar con las chicas y narraba cuentos de terror con los que entretener a los amigos. Al llegar a la adolescencia, empecé a escribir guiones y a realizar cortometrajes.

Antes de darme cuenta, había entrado en la ECAM (la Escuela de Cine y Audiovisuales de Madrid) donde me especialicé en dirección cinematográfica y guion.

Allí aprendí la importancia de transmitir sentimientos a través de imágenes y cómo usar el misterio para crear personajes más interesantes. Pero quizás la lección más importante de todas es que todo tiene que ir supeditado a la acción.

Esas enseñanzas me han guiado desde entonces. Mis novelas de terror transcurren deprisa: haciendo saltar a los protagonistas de un conflicto a otro, huyendo de largos y tediosos capítulos en los que la trama no avanza. Porque las grandes historias replican las pasiones de la vida, pero eliminando los tiempos de espera.

En 2013, tras acabar las prácticas de dirección de cine en la productora audiovisual Huella, me incorporé como operador de cámara al rodaje del cortometraje de terror Marioneta, de Cristian R. Sánchez.

Un año después de aquella experiencia, nos embarcamos en la aventura de construir nuestra propia productora: Seven Films.

Bajo este nombre, hemos creado proyectos para empresas como Sopra Steria, Telefónica, Grupo Segur, Intertropico y el Ministerio del Interior.

A pesar del nuevo enfoque empresarial, nuestra experiencia en el cine de terror y ficción ha impregnado siempre nuestros spots, transmitiendo la esencia de narrar historias al mundo de la publicidad y el marketing.

Estos trabajos, en ocasiones, nos han llevado a lugares tan exóticos como Londres, Dubái o Sri Lanka. Pero, como decía el escritor Michael Ende: «Esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión».